La noche se está haciendo madrugada; tierna hora en que los duendes buenos visitan a las almas que esperan. Todavía no aclara , pero...pronto amanecerá . Como siempre.
Alguien se ha ocupado de lamer mis heridas, con espanto me doy cuenta de que ya no están .
Y ahora ? Cuál es el camino ? mi cuerpo sólo sabe del dolor, pero mi alma es mucho más sabia.
Una loba parecida a mi, se pasea por la calle Leloir, amparada en el derroche nocturno. Una niña vejada y un loco. No hay nadie más. La niña tiene más de cien años y el loco, no sabe.
La loba no aúlla, se delataría. Qué cosa la noche. Pero...ya se está por esfumar y volverán las voces , la radio, la tele, algún grito, una música.
Un amigo no duerme . Se ha despertado mucho antes del alba, está construyendo utopías , a pesar de que esa palabra está en desuso.
El mate tiene gusto a peperina , está un poco frío, calentarlo , me sacaría del ensueño.
Quiero ver algo, quiero ver algo.
Pues ya lo vi, no hay rastros ni cicatrices; sólo una palabra que esperará el tiempo necesario para ser pronunciada . Y una señal en la frente, que sola, se marcará a fuego, condenando a alguien al destierro.
No es para mi.
miércoles, 25 de febrero de 2009
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