a Marguerite Duras
a Ana Rosetti
qué difícil
ya no hay trenes que lleven a burdeos
y jamás volveré a tener 16 años
entonces nunca podré vivirlo...
sin embargo, también está la otra cara
el revés del espejo
allí se encuentra el que cree que ya ha crecido
pero yo recuerdo su cara de niño
su cara, su sonrisa, su pelo de niño
él también recuerda mi cara adolescente
y el perfume a algas sedal en el pelo
me lo dijo el otro día
mientras penetraba mi último secreto
y los grillos se mezclaban con
las estrellas del mes de la siembra
cerca de la luna viven los castañas
las vi, acostada boca arriba
sobre el césped de una casa clandestina
mientras el mareo se calmaba
el niño hombre se paseaba con el torso desnudo y sus tatuajes
manaba agua
torrente manantial, que acabaría
antes de las doce
un hogar lejos de tanto sur
lo esperaba
juntos nos preparamos para irnos
al partir me reclamó un beso
(pequeño, eso no se hace)
viernes, 4 de abril de 2008
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